MUJERES ASESINAS Y SÁDICAS DE LA HISTORIA
Nadie podría imaginar que en el alma tierna, consentidora e
inocente de una mujer pudiera existir el alma despiadada de un asesino serial,
pero la realidad es muy distinta y estas féminas son la mejor prueba de ello.
¿Hasta dónde crees que pudo llegar su maldad? Con episodios
inimaginables, que parecerían ficción, la historia que protagonizaron superan
la ficción y deja perplejos a más de uno.
Historia de la primer asesina serial.
LOCUSTA
En la antigua roma existió una mujer llamada Locusta que fue
catalogada como la primera asesina en
serie de la Historia.
nació en la Galia durante el siglo I. Al vivir en el campo,
desde niña aprendió a conocer las propiedades de las plantas, tanto las
beneficiosas como aquellas más perjudiciales. Cuenta la leyenda que cada día
probaba un nuevo veneno, hasta hacerse inmune a todos. Sus víctimas, en cambio,
no habían tenido tal precaución.
Se convirtió en esclava de Roma, pero no le fue mal. Logró
hacer fortuna allí, puesto que sus conocimientos eran muy estimados.
Nerón y Agripina colmó de honores a Locusta, le regaló
tierras de gran valor y le permitió abrir una escuela para instruir a otros en
los secretos de las plantas.
Pero tras la caída de Nerón se acabó la suerte de Locusta,
ya que Galba la acusó de unos 400 asesinatos en enero del año 69. El castigo
fue ciertamente extravagante: según Apuleyo, el nuevo emperador ordenó que
fuera atada de manos y pies y violada
públicamente por una jirafa amaestrada, tras el horrendo acto fue lanzada a una
fosa, donde fue despedazada por los leones.
Asesina y asesinada, Agripina la
Menor (15-59)
Mujer de fuerte carácter y
decisión, Agripina la Menor manchó sus manos de sangre para conseguir que su
familia subiera al trono del imperio romano. Costara lo que costara, incluso su
propia vida.
Ante la afirmación que unos astrólogos le hicieron de que su hijo
Nerón, efectivamente llegaría a ser emperador pero también que mataría a su
propia madre, respondió con estas duras palabras: Que me mate, con tal de que
reine.
En el año 54 cuando Agripina envenenó
a Claudio durante la cena. Nerón lo tenía todo dispuesto para ser nombrado
emperador.
Nacimiento de un monstruo
Así calificó Cneo Domicio Enobardo
a su futuro hijo. Agripinila se había casado en el año 28 con el cónsul romano
Enobardo, con el que no tuvo una buena relación. La infertilidad de la pareja
durante los primeros años de matrimonio no ayudaron. Casi diez años
transcurrieron hasta que nació el que sería el odiado emperador Nerón.
El desprecio de un hijo
Agripina había conseguido su
objetivo. Pero pagaría un alto precio por ello. A la enemistad y animadversión
que Nerón sentía por su madre se unió el odio de la esposa del emperador, Popea
Sabina.
OLIMPIA DE EPIRO (MACEDONIA)
Madre de Alejandro Magno, fue
inductora de la muerte de su ex marido, el rey Filipo II de Macedonia, y autora
de muchos asesinatos políticos más.
Como reina de Macedonia se distinguió por
su crueldad y ordenó incontables ejecuciones. En particular, destaca la
crueldad con que se deshizo de los demás hijos de Filipo, que podían constituir
una amenaza para los derechos dinásticos de Alejandro y para su propia
regencia; por ejemplo, no dudó en ejecutar al pequeño Carano, apenas un bebé,
mandándolo quemar sobre un lecho de brasas, y añadiendo la crueldad innecesaria
de quemar con él a su hermana Europa y obligar a Cleopatra, la madre de ambos,
a ahorcarse, pese a que ninguna de las dos representaba amenaza alguna para el
trono de Alejandro.
Aunque la eliminación de los rivales del soberano formaba
parte de las prácticas políticas de la época, el propio Alejandro Magno, que
por entonces combatía en Asia contra los ejércitos de Darío, censuró indignado
esas muestras de brutal ensañamiento.
Tiempo despues Olimpia se retiró a Pidna en otoño de 317 a.C. Tras un largo asedio, en el que esta ciudad padeció epidemias, hambre y hasta canibalismo, la orgullosa princesa se vio obligada a rendirse. Condenada a muerte de inmediato por Casandro, pereció lapidada sin proferir una sola queja.
Elizabeth
Bathory
Vivió de 1560 a 1614, y fue conocida como
"La Condesa Sangrienta". A ella se le atribuyen 616 asesinatos de
mujeres. Tiene el récord mundial de asesinatos seriales cometidos por una
mujer.
Tenia una perversión sádica y sexual, la Condesa sentía especial atracción por la sangre, y no sólo se
contentaba de beberla, como es habitual en los llamados asesinos vampíricos,
sino que se bañaba en ella con el fin de impedir que su piel envejeciese al
paso de los años.
Fue condenada a una muerta lenta: la emparedaron en el
dormitorio de su castillo, dejándole una pequeña ranura por la cual le daban
algunos desperdicios como comida y un poco de agua. Murió a los cuatro años de
permanecer en esa tumba, sin intentar comunicarse con nadie ni pronunciar la
mínima palabra. Fue una especie de suicidio, de repente dejó de tocar alimento
alguno y fallece en 1614 cuando contaba con 54 años.
María I de Inglaterra.
Conocida como María Tudor, condenó a
casi 300 personas que no eran católicas a morir en la hoguera, de ahí que a
ella se le llamara "la sangrienta María" o bloody mary, Muchos de aquellos perseguidos eran viejos conocidos de la
traumática infancia de María.
Darya Nikolayevna Saltykova
La condesa Darya Nikolayevna Saltykova marcó con sangre la
memoria de la Rusia feudal del siglo XVIII. Comparada con Bathory, esta
violenta mujer torturó hasta la muerte a más de 130 de las jóvenes sirvientas
que trabajaban en su finca. Entre otras cosas, las arrastraba del pelo, les
golpeaba la cabeza contra la pared y las flagelaba salvajemente.
Darya Nikolayevna Saltykova nació un 11 de marzo de 1730 en
el seno de una familia noble de origen moscovita. Comúnmente conocida como “Saltichikha”, la
condesa Darya ha sido catalogada como la “Bathory Rusa.
El abuelo de Darya había sido una figura importante en
tiempos de Sofía y Pedro I y la familia de Darya estaba conectada con círculos
sociales importantes como los Davidovs, los Musin, los Pushkin y los Tolstoi.
Sumado a eso, la joven Darya se casó con Gleb Alekseevich Saltykova, quien era
Capitán de Regimiento de la Guardia Real y pertenecía a la nobleza. Fue de ese
matrimonio de donde heredó el apellido Saltykova, con el que siempre se la
nombra pese a que su apellido original era Ivanova (o “Ivanov”).
Darya tuvo dos hijos con el capitán Alekseevich: Teodoro y
Nicolás, quienes al igual que su padre sirvieron en la Guardia Real. Todo
parecía ir bien hasta que en 1755 ocurrió el primer suceso clave en la transformación
de Darya: la muerte de Alekseevich, su esposo. Tras el infortunado suceso,
Darya heredó el enorme patrimonio de su esposo y pasó a ser la viuda más
adinerada de Moscú, adquiriendo entre otras cosas una enorme finca (con más de
600 sirvientes) en Troitskoe, cerca de Moscú.
Después de la muerte de su esposo, Darya fue con sus hijos a
vivir en la finca de Troitskoe, donde inicialmente no mostró crueldad alguna y
más bien, según contaron, se la veía triste la mayor parte del tiempo. Incluso
en aquel entonces se pensaba que era una buena persona, ya que había hecho
donaciones a muchas iglesias y monasterios.
Pero un día apareció en su vida el joven y guapo Nicolás
Tyuchev (quien sería el abuelo del conocido poeta Fyodor Tyuchev); y Darya, que
estaba envejeciendo y era una mujer solitaria, se prendó y apasionó de él. Por
fin Darya había encontrado algo que le animara la existencia al punto de que
dejó de mostrar los ánimos acongojados con que anteriormente se le veía languidecer
entre las aristocráticas paredes de su finca. Sin embargo ella no sabía que
Nicolás tenía un romance con una bella chica que, a diferencia de ella, estaba
en plena juventud.
Una despechada asesina
El casamiento secreto y la huida de Nicolás Tyuchev fue el
suceso que actuó como detonante definitivo del lado asesino de Darya. Según la
opinión de psiquiatras actuales, Darya sufría de un trastorno psicótico
epiléptico, hecho que fue clave a la hora de que, a partir del suceso referido,
en ella se halla activado el deseo y la determinación de proyectar toda esa ira
contra seres indefensos como las sirvientas a las cuales torturó y asesinó. Y
es que esas sirvientas eran siempre jóvenes y muchas veces eran novias a punto
de casarse, siendo así claro que Darya veía en sus víctimas a la mujer que
había escapado con Nicolás Tyuchev.
Fue así que, con la complicidad de varios sirvientes que
sujetaban a las chicas y luego se encargaban de los cadáveres, Darya dio inicio
a sus atroces crímenes. Al comienzo se limitaba —como castigo por limpiar o
hacer mal otras tareas—a golpearlas con el rodillo de la cocina en la cabeza,
luego las azotaba y muchas veces, con esa enorme fuerza que se le atribuía, las
tomaba del cabello, las arrastraba y les golpeaba la cabeza contra la pared,
una y otra vez…
Después hizo cosas como tirar de las orejas de las víctimas con
pinzas calientes, lanzarles agua hirviendo, chamuscarles el cabello o
arrancárselo brutalmente, romperles los huesos o dejarlas atadas y desnudas al
aire libre, donde morían por frío y hambre. También se sabe que torturó a
muchos sirvientes hombres que estaban de novios a punto de casarse,
principalmente azotándolos durante largos periodos de tiempo.
De esa forma
murió Chrysanth Andreev, quien en noviembre de 1759 fue azotado durante casi
todo el día hasta que finalmente expiró, cosa ésta que Darya, al igual que con
Luchian Mikheev en septiembre de 1791, no la había programado.
Los sirvientes de Darya habían empezado a quejarse y hasta
se hicieron 21 denuncias escritas, pero la alta posición social de Darya y sus
sobornos hacían que las autoridades hagan caso omiso y hasta sancionen a
algunos denunciantes. Sin embargo, en el verano de 1762 dos campesinos
escaparon a San Petersburgo, donde consiguieron presentarse ante la Emperatriz
Catalina II (arriba), quien al leer su petición e informarse de los crímenes de
Darya, la mandó a detener e inició el proceso de investigaciones gracias a ello,
la emperatriz pudo dictar cadena perpetua para Darya en 1768. Bien pudo haber
hecho ejecutar a ese “monstruo de la Humanidad” (así la llamó) aunque en 1754
se hubiese abolido la pena de muerte, pero no lo hizo porque necesitaba el
apoyo de la nobleza.
Sin embargo la sanción debía ser ejemplar, por lo que a
Darya no solo le dieron cadena perpetua sino que además le quitaron los títulos
de nobleza, las propiedades y el dinero (repartido entre sus hijos). Mas lo
peor de todo lo que le hicieron fue la llamada “muerte civil”.
El 2 de octubre de 1768 se ejecutó la “muerte civil” de
Darya, a efecto de lo cual ésta fue despojada completamente de sus ropas y
encadenada a una plataforma en medio de la Plaza Roja. Sobre su cuello se puso
un letrero que decía: ‹‹Esta mujer ha torturado y asesinado›. En esa hora
cualquiera que lo desease podía insultarla, tocarla, humillarla o lanzarle
piedras, pero cuentan que la gente sola la miraba con curiosidad o indignación
y que nadie le lanzó una sola roca o tan siquiera un insulto.
Era una situación
extraña, como extraña era la mirada de Darya según dio a entender un cronista
de la época al escribir: ‹‹los ojos de Darya no eran de este mundo››
Apagándose en la oscuridad del convento
En octubre de 1768 Darya fue transferida a una celda en el
Convento Ivanovsky (arriba). La celda no tenía ninguna ventana, las paredes
eran de madera y la única luz a la que tenía acceso era la de la vela que le
permitían tener solo durante las horas de comer. El único a quien solía ver era
el guardia que le traía la comida, con el cual se rumorea que tuvo un romance
del que salió el hijo que tuvo en los once años que estuvo encerrada en aquella
oscura celda.
Después de once años de confinamiento, Darya vio por fin la
luz del día cuando en 1779 la transfirieron a un nuevo lugar de reclusión
dentro del mismo convento. Esta vez se trataba de una cámara de piedra, adjunta
al convento y provista de una ventana con persianas.
Para cuando llegó a su nuevo alojamiento, Darya se había
transformado en un ser mucho más trastornado de lo que era anteriormente:
escupía a los espectadores, los insultaba y empujaba un palillo a través de la
ventana como para herirlos o asustarlos. Años atrás habría disfrutado del sol
pero ya era tarde y los años de encierro la habían convertido en una vieja loca
que no toleraba la luz, gustando así de que su oscuridad interior fuese
envuelta por las tinieblas exteriores que imperaban entre aquellas duras y
frías paredes de piedra.
En 1779 a Darya la transfirieron a una nueva celda del
convento. Esta vez la celda tenía una ventana; pero, tras 11 años de oscuridad,
Darya se había convertido en un ser perturbado que odiaba la luz y escupía e insultaba
a los curiosos que se asomaban. En esa nueva celda ella envejeció, pudriéndose
entre las sombras hasta que a sus 71 años la muerte acabó con ella.
Marie Delphine Lalaurie.
La bruja de Royal Street que
asesinó y torturó a decenas de esclavos.
Delphibe Macarty nacio en el año 1775. era una de las cinco hijas de luis Macarty barthelmy, un inmigrante irlandes que se establecio en los estados unidos hacia el año 1740.
Muchas teorías rodean a la famosa Marie
Delphine LaLaurie, una adinerada matrona y dama de sociedad que sembró el
terror en la ciudad de Nueva Orleans durante mucho tiempo. Cuando un siniestro
destruyó parte de su residencia en 1834, la población quedó conmocionada y
asqueada al descubrir que LaLaurie solía torturar a sus esclavos.
Torturando a sus esclavos
Muchos testigos recuerdan la crueldad de Madame LaLaurie. Un
amigo de la familia dijo que, en una ocasión, había sido testigo de cómo una
esclava llamada Leah, de 12 años, huía al techo de la casa aterrorizada,
diciendo que su señora pretendía arrancarle la piel. Mientras la niña lloraba
aterrorizada, Delphine la esperaba con un látigo jurándole que el castigo sería
mucho peor si no se callaba inmediatamente. Cuando la niña se negó, su dueña
tuvo que lanzarle piedras para obligarla a obedecer. Leah perdió el equilibrio
y cayó rompiéndose el cuello. Furiosa, Delphine mandó atar el cadáver de la
niña en un poste para luego azotarlo repetidas veces.
Ademas Tenia decenas de esclavos de color encadenados a la
pared, atados en mesas de cirujano con terribles intervenciones quirúrgicas
como cambio de sexo, con la boca cosida, los ojos sacados y cosidos, las uñas
arrancadas, amputaciones en diferentes partes del cuerpo, etc.
había esclavos en diminutas jaulas y restos humanos en
descomposición, como cabezas y órganos en tarros de cristal.
Algunas de las mujeres tenían el estomago abierto y sus
intestinos enrollados en sus propias manos.
una mujer desnuda con un collar de hierro lleno de
espinas prisionera a la pared por una cadena. Las abundantes heridas en la
espalda evidenciaban el uso de látigos y hierros al rojo vivo. Una mujer contó
que Madame Delphine acostumbraba a cortarla con una navaja y beber su sangre. A
veces hundía sus manos y rostro en una vasija llena de sangre creyendo que así
podría rejuvenecer“.
“Una anciana negra tenía una
herida profunda en la cabeza y estaba demasiado delgada como para hablar o
caminar. Un hombre había sido castrado y la herida cosida con hilo, la lengua
también se le había cortado para que no pudiera quejarse.”
La huida de LaLaurie
Madame Lalaurie y su familia huyeron, unos dicen que a
Francia y otros que se fueron a vivir al bosque cerca de un lago. No existen
archivos en los que haya constancia de que fueran castigados por los crímenes.
Ranavalona I reina
sangrienta de Madagascar.
Ranavalona nacio en el año de 1778 y fue llamada de
distintas formas La “Moderna Mesalina”, la “Bloody Mary de Madagascar” o la
“Calígula femenina” fueron varios de los nombres recibidos por Ranavalona I por
los historiadores que han analizado su reinado al frente de Madagascar.
Hacia finales del siglo XVIII, esta mujer demente hizo parte de la dinastía merina, como reina consorte.
cuando murió su marido actuo rápidamente y ordenó la ejecución de sus rivales,
incluyendo un sobrino bien educado de su marido, quien era el verdadero heredero
al trono. Además, ordenó el estrangulamiento de mujeres y niños, aniquilando
por completo a la familia de Radama como él lo había hecho con la suya.
Durante el trascurso de su reinado asesino a muchas personas
que consideraba enemigos políticos, extranjeros, cristianos y por razones absurdas, llego a torturar y asesinar 150.000 personas, con técnicas
sádicas y sufrimiento extremo.
Practicó miles de experimentos macabros con sus víctimas,
como beber veneno, nadar en aguas infestadas de cocodrilos y su favorito; poner
al condenado a los pies de un montículo y echar agua hirviendo hasta que se
escaldara vivo. Eliminó a más de 10.000 esclavos en una sola semana de festejos
por pura diversión.
Desde el principio hizo gala de una inigualable maldad. Y Para
revitalizar la economía de su país Ranavalona no dudó en vender a sus propios
súbditos como esclavos.
En 1845 una misión anglofrancesa intentó poner fin a aquel
reinado de terror. Pero la reina, que se hacía adorar como una diosa viviente,
sospechó que tras ella había una conjura familiar.
Ladrones, cristianos, brujas y otros infractores de la ley
debían tragar tres pieles crudas de pollo y un fruto venenoso (del Cerbera
manghas, árbol comúnmente llamado tangena). Si eran capaces de no vomitar todas
las pieles y sobrevivir al veneno, entonces se les consideraba inocentes. Como
se puede suponer, la mayoría resultaba “culpable”.
Ranavalona incluso aplicó esta técnica con sus amantes para
saber si le eran fieles. Algunos historiadores han estimado que esa purga de
los “indignos” terminó con el 20% de la población, o unas 100 mil personas a lo
largo de casi cuatro décadas.
Para sembrar el terror entre los franceses, “Ranavalona la
Cruel” ordenó que las cabezas de los soldados franceses caídos en batalla
fueran empaladas en picas y dispuestas a lo largo de las playas.
En 1845, la reina sintió que necesitaba descansar un poco de
la política y el palacio.
Quiso salir a cazar búfalos y, obviamente, llevó
consigo a toda la corte y una comunidad enorme de esclavos.
Alrededor de 50,000 personas marcharon durante cuatro meses
en una expedición salvaje y completamente inútil. Una quinta parte de ese
gigantesco grupo pereció por agotamiento e inanición cuando los suministros se
terminaron.
Desde el principio hizo gala de una inigualable maldad. Y Para
revitalizar la economía de su país Ranavalona no dudó en vender a sus propios
súbditos como esclavos.
En 1845 una misión anglofrancesa intentó poner fin a aquel
reinado de terror. Pero la reina, que se hacía adorar como una diosa viviente,
sospechó que tras ella había una conjura familiar. No le faltaba razón. Su hijo
Radama II llegó a pedir a Napoleón III que invadiera la isla. Sin embargo, las
puertas de Madagascar no se abrirían hasta 1861, cuando falleció la reina. Plácidamente
a los 79 años, habiendo sobrevivido a
un golpe de estado auspiciado por su propio hijo. pero en Madagascar no se
olvida el reinado de la reina más sangrienta del siglo XIX.
En Australia el 1 de marzo del 2000,
Katherine Knight se robó la atención, ganándose el nombre del monstruo más
depravado en la historia homicida de ese país.
El Dr. Milton, el psicólogo
criminal más reconocido de Australia, dijo que Katherine sufría de desorden de
personalidad, pero que sin duda había estado perfectamente consciente de sus
actos el dia del asesinato.
La sentencia, sin embargo, fue
demoledora. De hecho, fue la más dura otorgada a una mujer en Australia: cadena
perpetua y un archivo marcado con la frase: “Nunca deberá ser liberada”.
Katherine tuvo un hogar que decoró
con pieles de animales, trampas, esqueletos, machetes y cuchillos. Hizo de su
dulce hogar un gabinete escalofriante de curiosidades, en el que reflejaba su
personalidad sangrienta y su gusto por la violencia. Hizo de su dulce hogar un
gabinete escalofriante de curiosidades, en el que reflejaba su personalidad
sangrienta y su gusto por la violencia.
David Saunders, En una ocasión,
para ejemplificarle a Saunders lo que le ocurriría si lo descubría en una
infidelidad, Katherine degolló a un cachorro de escasos meses frente a él.
Katherine siempre lograba voltear
la situación y culpar a sus parejas.
Incapaz de permanecer sin pareja,
Katherine se relacionó con el ex alcohólico John Chillington en 1990, con quien
procreó a su hijo Eric. John tampoco corrió con mejor suerte, pues en un
arranque de furia, Katherine le rompió los lentes mientras los llevaba puestos
y le destrozó la dentadura postiza.
Luego tuvo otra pareja Thomas Price, pero el nunca
imaginó que acababa de firmar su sentencia de muerte. Era un tipo que le
agradaba a todo el mundo y estaba dispuesto a echar una mano siempre que fuera
necesario. Divorciado desde 1988, vivía con sus dos hijos adolescentes.
Pricey ignoró los rumores acerca de
los malos tratos que Katherine propinó a sus parejas anteriores.
De acuerdo a los peritos, Pricey
despertó cuando su mujer lo apuñaló por primera vez. Adormilado y aterrorizado
trató de encender la luz de la habitación; quizá pensaría que se trataba de una
pesadilla de la cual podía despertar. Trató de escapar, corrió desesperado por
los pasillos de su casa hasta la puerta de entrada, donde Katherine lo alcanzó
y lo arrastró de nuevo al interior. Una vez dentro lo apuñaló otras 36 veces. Seguramente
los últimos minutos de Price debieron ser una combinación de terror abyecto y
desesperación.
Una vez muerto, Katherine se
dispuso a hacer lo que mejor sabía. Lo desolló metódicamente, le quitó toda la
piel frontal: cuero cabelludo, el rostro, las orejas, el cuello; como si se
tratara de un delantal de cuerpo entero, hasta los pies. El único orificio que
se apreciaba era el de la primera puñalada que le propinó Katherine. (Esta piel
desollada fue lo que los policías encontraron al entrar en la casa, colgada en
la puerta que separaba el comedor de la sala.) Luego le cortó la cabeza a la
altura de los hombros con un cuchillo muy filoso, con un corte preciso y
limpio. Según el patólogo Dr. Timothy Lyons, quien practicó la autopsia, el
procedimiento le debió llevar más de 40 minutos.
Después, Katherine cortó partes del resto del cuerpo
de Pricey. Las cocinó y las dispuso en la mesa acompañadas con papas horneadas,
calabaza, col, verduras y salsa gravy. Había tarjetas con los nombres de sus
hijos, que indicaban dónde les correspondía sentarse. La cabeza fue localizada
en una olla con verduras que habría hervido a alta temperatura durante varios
minutos.
En una repisa de la sala se
encontró una nota escrita con varias faltas de ortografía enfrente de una
fotografía de la víctima. Tanto en la nota como en el resto de los objetos,
había sangre y pedazos de carne humana.
Luego hallaron a Katherine Knight
en la parte trasera de la casa, roncaba ruidosamente y estaba en estado
comatoso, luego de haber tragado varias píldoras.
De acuerdo al detective Muscio,
quien investigó el crimen, Pricey trató desesperadamente de salvar su vida.
Encontraron marcas de sangre con sus huellas digitales, por los pasillos, los
muros, las puertas, los apagadores, la puerta de entrada.
Ella, por su parte, seguramente
sacó las armas que escondió horas antes, en los lugares más insospechados, para
seguir martirizándolo hasta matarlo.
Katherine Knight cumple su condena
en el Centro Correccional para Mujeres Silverwater, un dulce hogar donde no
podrá jamás colgar sus adornos favorito.
Guardianas de los campos de
concentración nazis.
La maldad de Irma Grese, Ilse Koch y Maria Mandel.
Irma Grese
Con tan solo 19 años, fue
nombrada supervisora en los campos de concentración nazis. Fue juzgada en 1945
en el Proceso de Bergen y enviada a la horca por las leyes británicas,
convirtiéndose en la mujer más joven en ser condenada a muerte en ese país.
Recibió el apodo de el ángel rubio, por su belleza aria o"La perra de Belsen"
por los prisioneros de estos campos a causa de su comportamiento sádico y
perverso, fue una de las más crueles y famosas criminales de guerra nazis.
Nada más lejos de la realidad, su
extrema crueldad la hacían parecerse más a un demonio.
Segun los testimonios de las supervivientes
que la sufrieron y que la acusaron de hechos terribles en los juicios.
La ginecóloga Gisella Perl cuenta
lo siguiente:
A Grese le gustaba azotar
con su fusta en los senos a jóvenes bien dotadas con el objeto de que las
heridas se infectaran. Cuando esto ocurría, yo tenía que ordenar la amputación
del pecho, que se realizaba sin anestesia. Entonces ella -Irma Grese- se
excitaba sexualmente con el sufrimiento de la mujer.
Fue condenada a la horca en
diciembre de 1945, según su verdugo lo último que le dijo fue schnell (rápido).
No temía ni a la muerte y la afrontó con serenidad.
MARIA MANDEL
La bestia de Auschwitz había nacido en Austria en 1912.
Poco se sabe de su vida.
En 1938 comienza su carrera siendo
guardiana del campo de Lichtenburg, uno de lo primeros construidos por los
nazis. Un año más tarde es trasladada al recién
construido campo de Ravensbrück.
Allí conoce y simpatiza con Irma Grese a quien le ayuda a
ascender progresivamente.
Entre sus pasatiempos favoritos está el de quedarse en la
puerta del campo esperando a ver si algún preso se atrevía a mirarla, lo que
supondría su inmediato exterminio.
Gozaba de hacer selecciones en las que decidía que mujeres
podían seguir viviendo o cuales debían ser enviadas a las cámaras de gas.
Los supervivientes afirmaron que usaba a presas como
mascotas, como esclavas hasta que se aburría de ellas y las mandaba matar.
Su pasión por la música le hizo formar la orquesta femenina
de Auschwitz.; Formada por prisioneras la utilizaba muchas veces para poner música de fondo en los
momentos de formación de los presos en el exterior de las barracas. Incluso
como afirma la superviviente Lucie Adelsberg les hacía marchar al ritmo de la
música después de haber estado trabajando durante horas y a la que no lo hacía
la exterminaba.
Ella firmó las órdenes enviando un
estimado de 500,000 mujeres y niños a las cámaras de Auschwitz I y II.
ILSE KOCH
Ilse Koch (1906-1967) nació en el seno de una familia de
clase media en el Dresde de principios del siglo XX. No hay datos para
barruntar una educación privilegiada en la Universidad de la Tortura.
Simplemente era una chica normal que se curtió en la Alemania de la posguerra y
tropezó con el mal cuando sólo pretendía salir de la pobreza.
La Bruja de Buchewand‘ o ‘Zorra de Buchewand’, como la
bautizaron sus sometidos, se nos ordenó a todos desnudarnos hasta la cintura. Los que
tenían tatuajes interesantes fueron llevados ante ella, para escoger los que le
gustaban. Esos presos murieron y con sus pieles se hicieron lámparas para ella.
También utilizaron pulgares momificados como interruptores.
Tras la liberación del campo, ‘La bruja pelirroja’ fue
juzgada y condenada a cadena perpetua en el proceso de Dachau por un tribunal
americano.
En 1967 la ‘Zorra de Buchewand’ se suicida colgándose de
unas sábanas anudadas en la cárcel bávara de Aichach sin mostrar
arrepentimiento alguno y después de escribir:
“No hay otra salida para mí, la muerte es la única
liberación”
Cinco piezas de piel tatuada provenientes de Buchenwald se
conservan hoy en el “National Museum of Health and Medicine” de Washington.
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